lunes, marzo 07, 2005

Carta desde la costa

Desde el faro"El día que dejé de creer en tí me convertí en un peculiar agnóstico, sabedor de tu existencia pero incapaz de dirigirte la más mínima plegaria. Pero no me quejo, porque en cierta parte me convertí tambien en algo divino. Porque poco despues comencé a vibrar en otra frecuencia, porque convertí mi hondo penar en fuente de energía inacabable, porque la gente me podía seguir viendo pero ya no podía tocarme, porque me situé en una realidad paralela similar a la tuya pero donde sólo yo existo. Desde la que reino con una lanza en una mano, un escudo en la otra y mis pinturas tribales recorriendo cada centímetro de ese cuerpo que jamás volverás a ver. La soledad a veces me atenaza, así que cada cierto tiempo secuestro a gente de tu tiempo y mundo, sin el más mínimo reparo, les permito pasar una velada conmigo y por fin los devuelvo a sus grises vidas, sin que sean capaces de contar mucho de lo que ha pasado aparte de la certeza de haber sido abducidos. Y despues, me siento solo... pero me da igual, porque desde mi faro veo siempre el horizonte, sea del color que sea pero sin tener que hacer nada más que asomar la cabeza y ventear el aire. Y, ¿sabes qué?: me gusta mucho.

Hoy me siento...
Hoy suena a... Elbow - New born



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