miércoles, septiembre 08, 2004

Cuéntame el de ayer

Cuando tenía 12 años me destrocé la rodilla y pasé todo un año de baja. Todos los días por la tarde durante unos seis meses tuve que ir a rehabilitación a un centro médico cercano a mi casa, lo que implicaba que durante todo ese tiempo me perdí mi serie favorita: Los Caballeros del Zodiaco. ¿La recordais, verdad? No me engañeis, que sé que tambien os la tragabais todos los días en el programa de Miliki.

Pero tambien cada tarde, mientras volvía a casa, mi querido amigo Sandrino me contaba el capítulo del día anterior, efectos especiales incluídos. La narración duraba posiblemente sobre la media hora. "Y entonces aparece una llamarada en forma de pájaro alzándose hacia el cielo -wooosh- y aparece el Fénix a salvar a su hermano -tarará tarará-". Y cuando repusieron la serie al año siguiente comprobé que los episodios perdidos eran exactamente tal y como los había imaginado.


El primer icono gay de muchos españolitos

Pasada esa época la tradición continuó: esta vez era Sandrino el que tenía alguna actividad extraescolar y yo el que le contaba los capítulos de la serie. Un medio tan visual como el anime y la magia seguía estando en la narración. "Y entonces, de la explosión, aparece una mano que golpea al Pegaso en la cara -biff yaaaargh woosh-". Magia, magia, magia. Evocar situaciones a través de la palabra, del tono de voz, de los gestos, de las expresiones. Ocurrieron varios momentos de "he visto el episodio pero da igual, cuéntamelo". Fue uno de las primeras veces que me dí cuenta del poder de saber comunicarse.

El viernes pasado a Sandrino le dejaron una colección de todos los capítulos de los Caballeros. Igual le pido que me los cuente...

Hoy me siento...
Hoy suena a... Radiohead - The national anthem



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