jueves, septiembre 30, 2004

Tu nombre me atraviesa

Mi coche aparcado en la cuneta. La luz de una farola delante y la luz de una farola detrás. Parejas de luces atravesando la tarde y zumbando como abejorros a lo largo del asfalto. Mis brazos cruzados tras mi cabeza. En la radio un adolescente pidiendo una canción de Bonnie Tyler. El móvil, recien colgado, mirándome desde el salpicadero como suplicándome que vuelva a arrancar. Pero ahora no puedo: me voy a quedar aquí un ratito mirando al techo y pensando en tí.

Te he visto alzarte de entre mis cenizas, coger tus maletas y volar a ese nuevo lugar que aparentemente te esperaba con los brazos abiertos Me dolió que lo usaras como un arma contra mí y contra ella, pero lo ignoré: qué más daba, igual hasta estabas en tu derecho. Sí, nosotros nos quedábamos atrás y todo lo que quisieras. Ese día estaba claro lo que iba a ocurrir y estaba preparado a ignorar cualquiera de tus ruindades. Me negaba a sentirme culpable por haberte engañado, porque sabía que te enzarzarías como un tiburón al oler la primera gota de sangre, y el instinto de supervivencia tomó el control. Sólo quería irme de allí y olvidarte definitivamente.

Ahora me acabo de enterar de que una vez más te has estrellado en uno de tus proyectos. Me lo ha dicho Ramón por teléfono, pensando que debería saberlo pero sin esperar nada de mí. "Frutos, mira: ha pasado esto. Sí, ya, he pensado qué... Bueno, en el fondo...". Mi corazón se ha parado un segundo, pero despues ha vuelto a latir. He sonreído, entornado los ojos e intentado evitar que una mueca de desprecio surigiera a mi cara. Entonces me he sentido mal. Me he sentido sucio, sucio por haberme alegrado inconscientemente de tus males, aunque en el fondo la sonrisa ha sido causada más por tu grito de atención que por otra cosa. Y débil, débil porque cualquiera de tus erráticos andares haya logrado afectarme una vez más a pesar de que ya me cuesta hasta acordarme de tu cara. Y vacío, vacío porque... vacío porque sí, porque no queda nada dentro. Cuando Ramón ha pronunciado tu nombre este no ha rebotado contra mí en forma de eco: me ha atravesado y se ha perdido en la lejanía. Me ha dicho que tus sueños se habían caído y se habían hecho añicos y yo, yo, que me considero bueno, no he podido pensar más que en todo el daño que me habías hecho. ¿Qué puedo hacer si no me sale de dentro sentir lastima? ¿Qué? ¿Fingir? ¿Mentir? ¿Engañar? Entonces haré el paripé, por pura inercia. O no. Tal vez simplemente para diferenciarme de tí.

En fin. Arranco el coche. Si salgo hacia Huesca podré llegar en una hora, antes de que anochezca. Espero que me dejen entrar en cuidados intensivos a estas horas.

Hoy me siento...
Hoy suena a... The Chemical Brothers - Out of control



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