lunes, octubre 25, 2004

Lo que me contó un veterano

Los soldados soviéticos entraban en el pueblo afgano. Podía hacer frío o podía hacer calor, que Afganistán a nosotros nos queda muy lejos y no tenemos muy claro cómo es el invierno allí. Unas horas antes habían tenido miedo, ahora estaban ciegos de furia. Seguramente ladraban por las calles y abrían puertas a patadas. Reunían a todos los hombres mayores en la plaza y les hacían formar. Seguramente temblaban de miedo. Uno a uno, les desgarraban la camisa. Ras, ras, ras. Despues les miraban el hombro derecho. Algunos, tal vez una decena, solía tener moraduras cuadradas junto a la clavícula. A todos ellos se les degollaba allí mismo o empalaba más tarde, según el número de víctimas que hubiera habido durante el ataque. El retroceso de un rifle de francotirador deja marcas muy características.

Hoy me siento...
Hoy suena a... Sparta - Collapse



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